Cosa vieja los Blogs, no importa... pero quiero ordenar algunas ideas, o juntarlas... Creo firmemente en la Educación Tecnológica y sus potencialidades: en la formación de ciudadanía atravezada por una red casi imperceptible, una meta tecnología, que son las tecnologías digitales... desde una postura crítica -?- digamos... que haga pensar...
viernes, 4 de diciembre de 2009
BAILE AL BAILE DEL CAÑO
viernes, 16 de octubre de 2009
Wiebe Bijker: "La tecnología tiene que encajar en la sociedad"
-Usted ha criticado que los investigadores en ciencias sociales no intenten que sus trabajos se traduzcan en políticas. A la vez, ha dicho que se sentía seguro trabajando en la universidad y que cuando salió de allí las cosas se volvieron muy diferentes, que debió "ensuciarse las manos" y que por eso ha recibido críticas de colegas. ¿Sigue pensando que vale la pena hacerlo?
-Creo que hay que intentar involucrarse más allá del paper . Es claro que muchos científicos se volverían extremadamente infelices si tuvieran que interactuar con políticos o participar de comités o asesorías. Y está bien, que se queden entonces en la biblioteca, detrás del escritorio y de la computadora. Pero creo que los grupos de investigación deberían intentar abarcar todo el espectro de actividades. Eso incluye tratar de resolver problemas de la sociedad y relacionarse de alguna forma con la política. En mi caso particular, tuve que tomar conciencia de que habrá colegas que se mostrarán críticos frente a lo que hago fuera de la universidad. Si me involucro con el gobierno holandés, si participo de un comité de nanotecnología, tengo que ensuciarme las manos, pero no estamos hablando de mentir, sino en el sentido de que tengo que saltear las notas al pie de mis textos y formular las cosas en términos que los políticos y quienes no son especialistas en nanotecnología puedan comprender. Cuando vuelvo a la universidad y hago alguna presentación, aparecen quienes me dicen "¡Cómo justamente vos podés haber sido capaz de decir eso!". Es como si estuviera bajo un monitoreo de mis colegas, pero es un precio que vale la pena pagar. – –
para ver el articulo completo ingresá a la revista Ñ
http://www.servicios.clarin.com/notas/jsp/enie/v1/notas/imprimir.jsp?pagid=2019450
sábado, 19 de septiembre de 2009
PALABRAS DE ALEJANDRO
(Alejandro Toso, 2006)
miércoles, 9 de septiembre de 2009
¿Qué haremos con tanta leche derramada?
Me atreví a pensar un paso más allá respecto de los acontecimientos que ocurrieron en éste último año de conflicto con la gente del campo.
Todos conocemos ya lo que se ha dicho, se dice y se dirá… “la soberbia de la presidenta”, “los trabajadores del campo”, “la leche derramada”, “los que corrían tras las góndolas a buscar la última bandeja de bife para meter en el freezer y acopiar”, “las violentas rastras en los caminos”, “las adhesiones del pueblo a su campo”, “los aplausos en las rutas”… todo eso… y además el miedo. El miedo a las palabras vehementes y el miedo a las palabras no dichas y el miedo a los signos y símbolos, el miedo a la incongruencia entre lo que se dice y se hace, miedo a la democracia, miedo a perder lo propio.
Y me pregunté cosas, me pregunté sobre la violencia, la fuerza, la pasión, la entrega, la lucha… Pensé en quienes se entregan a la lucha… y recordé el cacerolazo a “de la Rua”, en ese episodio histórico que terminó con el helicóptero. El colectivo de la clase media protestó, salió a la calle y hasta derrocó un presidente porque le tocaron SU propiedad privada, SU “quintita”, SU plata, SU futuro.
Parece que poco aprendemos, ya que ahora vuelve a suceder, el tema hoy es que la “quintita” tiene varias hectáreas y tenemos grandes hectáreas de cacerolazos por doquier, tractorazos, piquetes y en las rutas grandes máquinas que detienen a poderosos camiones que llevan alimentos, y en realidad un conflicto que no ayuda a nadie. Todos perdemos.
Nada tengo en contra de esta protesta en particular. Creo que es legítima en sus razones, en sus argumentos, en sus implicancias políticas, etc, pero quiero dar un paso más adelante en la reflexión, como si sacáramos la cabeza sobre la superficie del agua embarrada.
¿Alguna vez los argentinos podremos utilizar la vehemencia, la fuerza, las ganas, la pasión, la entrega que se han visto en todo un año de protestas, en defensa de algún valor colectivo, social, comunitario, fundamental? Hablo de realmente colectivo, no lo “gremialmente colectivo”, digo “colectivo colectivo”.
Las marchas y protestas están protagonizadas sólo por los directamente damnificados. El general de la población no se compromete.
Nadie salió con cacerolazos cuando se estaba destruyendo la educación pública y resulta que la educación de un país es nada más y nada menos que el futuro de todos.
Nadie sale con cacerolazos para exigir una salud pública de calidad.
Nadie sale con cacerolazos para pedir justicia y seguridad para todos.
Nadie sale con cacerolazos para que exista un proyecto de país para lograr el futuro que queremos, que amamos.
Nadie sale con cacerolazos para defender la cultura, la ciencia, los artistas, los científicos, los maestros, los médicos, los jubilados, y todos los sectores más desprotegidos de nuestra sociedad.
Nadie mira al costado, al próximo.
Nadie salió a cortar rutas para que el presupuesto educativo sea más alto, sobretodo el de la escuela pública, que es un bien, patrimonio y derecho de todos los argentinos y a la que asisten la mayoría de nuestros hijos, amigos, nietos, sobrinos, ahijados, amiguitos… la educación.
Nadie salió con cacerolas para defender los hospitales que se caen a pedazos. Allí está la salud de nuestro pueblo, de nuestro futuro, de nuestras generaciones venideras. La salud es un bien, un patrimonio y un derecho de todos los argentinos.
Nadie sale con cacerolas para que la justicia sea más expeditiva y menos burocrática, pero todos decimos… “justicia lenta ya no es justicia”. O para que haya mayor justicia social, que todos podamos vivir mejor… Aunque la justicia es un bien, un patrimonio y un derecho de todos los argentinos. O sí salen algunos, por intereses individuales y dolores particulares.
Nadie sale a la calle con sus cacerolas para que nuestra policía, que debe cuidarnos, tenga una mejor capacitación, instrucción, educación, etc como se merecen, para que nos cuiden mejor. Y la seguridad es un derecho de todos.
Nadie sale a la calle con sus cacerolas para defender el futuro, lo colectivo colectivo, la cultura, los niños…
¿Será que la enfermedad de la década del 90, que exterminó lo público a favor de las privatizaciones, nos ha dejado una marca imborrable que nos hace seguir mirando el ombligo, pensando y actuando sólo frente a nuestros propios problemas? ¿Será que si cada uno está bien, tiene su policía privado, su salud privatizada, su escuela privada, su barrio privado, su propiedad privada, no se moviliza para nada y que el de al lado se joda, se muera, se empobrezca, se vaya a la mierda? En consecuencia estamos así nosotros y nuestra cultura: absolutamente privatizados y privados de libertad general, de justicia social, de educación pública, de salud pública, que son bienes, derechos y patrimonio de todos.
¿Qué vamos a hacer con tanta buena leche derramada?
Porque de tonto sería afirmar que todas las protestas y salidas a las calles han sido incorrectas… por el contrario… han sido “atomizadamente” buenas, dispersas, unilaterales.
¡Qué síndrome tan patético es el que tenemos!
Síndrome de la anteojera que nos veda la mirada más allá de los límites de “nuestro propio” sentimiento.
Síndrome de no importarnos lo que les pase a “todos los otros” si estamos individualmente tranquilos.
Síndrome del sálvese quien pueda, solito y solo…
Síndrome de observar el mero aquí y ahora, nunca levantar la cabeza al futuro.
¿Qué vamos a hacer con tanta buena leche derramada?
martes, 1 de septiembre de 2009
Educación Tecnológica en la formación de los futuros docentes
Nunca se pensó y se produjo tanto como lo hacen la investigación y la cultura técnica contemporáneas. Sin embargo, en nuestro país, aún estamos discutiendo de qué manera incorporar tan voluptuosa creación a nuestros estudios. Se duda y se pregunta acerca de la necesidad en la formación básica de una realidad tan inherente al hombre mismo: “el propio mundo que él ha creado, recrea, influencia y lo determina”.
Sin duda, todo esto es una paradoja de nuestra cultura. En este momento, la educación tecnológica básica tiene su espacio poco definido y las dudas de su implementación son muchas. Sin embargo es aquí donde, sin duda, se juega verdaderamente la reforma educativa en su espíritu y en su realidad.
Si no somos capaces de conquistar la cultura tecnológica de base, si no la hacemos patrimonio de todos, ¿qué tipo de país y de ciudadano esperamos?, ¿qué clases de conocimientos les brindaremos para incorporarse a la vida?. ¿En homenaje al pasado, escamotearemos el siglo XXI?
Hasta ahora, hablar de educación tecnológica es hacer referencia a cosas diversas. En
Un primer peligro consiste en considerar la educación tecnológica como una clase de trabajos manuales, más o menos sofisticados. Esto tiende a descalificar a la asignatura. La manipulación de materiales y herramientas son parte de ella, pero no su razón de ser. Un enfoque como éste hará que la educación tecnológica devenga en una disciplina en la que prevalece el hacer sobre el pensar.
La educación tecnológica no puede confundirse tampoco con la expresión artística, si bien contiene nociones de diseño, así como del buen uso de los materiales y de la elegancia de las formas. La estética es parte del objeto moderno, pero más que en esto, la asignatura que defendemos pone el énfasis en la comprensión del funcionamiento del mismo, en la conquista de su propia lógica interior y el encuentro con la mente de su inventor y desarrollador.
Finalmente, debemos recalcar que la educación tecnológica no debe reducirse a la informática y a las nuevas tecnologías, aunque éstas tengan en ella una presencia importante. Este es un peligro que deviene del impacto de la moda. ¿Acaso es posible enseñar en ciencias naturales sólo la "nueva biología"?.
Para hacerlo necesitamos todo esto:
- Entender la necesidad política de la educación tecnológica, con un marco propio, cultural, específico y autónomo.
- Proponer una sistemática del conocimiento.
- Generar un marco de rigor compatible con la etapa evolutiva de los alumnos. (En educación tecnológica se vendrá a hacer y a pensar)
- Diseñar esta asignatura como parte de la formación básica, pero tan seductora que permita potenciar vocaciones. Esto significa sumar a la escuela un ámbito para la sabiduría y la autonomía.
No se puede clausurar la escuela a la cultura de hoy.
Gabriel Ulloque
Basado en Artículo de Eduardo Averbuj
“Ed Tecnológica, si gracias”
domingo, 30 de agosto de 2009
NUEVOS INMIGRANTES DEL SIGLO XXI
Cyberia (Douglas Rushkoff)
Si decimos que la irrupción de la Computadora en nuestras vidas ha sido, cuanto menos, sorprendente. Ha despertado grandes expectativas en toda la sociedad y, en consecuencia, estamos hablando de un tema que nos toca a todos. Nadie está exento, directa o indirectamente de la dictadura de las computadoras.
Las computadoras son parte de nuestras vidas, no hay remedio ya para eso. Las “nuevas” herramientas tecnológicas son “el pan nuestro de cada día” y nos acompañarán fielmente hasta el fin de nuestras vidas.
Lo antedicho no es extraño. Podemos observar este fenómeno sólo si nos tomamos unos minutos en pensar cómo serían posible nuestras vidas sin objetos como el teléfono, el automóvil, la televisión, el celular, los libros, el gato hidráulico, el combustible, etc. Una vez que un objeto tecnológico (se enchufe o no) logra una masividad de mayor o menor plenitud, llega a un “punto de no retorno” al que todo grupo social arriba y del que no se puede retroceder por más que se utilicen herramientas de represión fuertes y “eficaces”. Los avances tecnológicos irrumpen, aumentan el confort o solucionan problemas sociales y llegan para quedarse y sólo se van si son reemplazados por otros más económicos, eficientes, ergonómicos, duraderos, livianos, etc.
Las computadoras soy hoy parte de nuestras vidas y aunque no tengamos disponible una en casa y ni siquiera sepamos cómo se utiliza o se enciende siquiera, ellas dominan nuestro existir.
¿Ha experimentado usted, luego de 20 minutos de espera para cobrar su sueldo o realizar un trámite bancario una “caída del sistema”? ¿A dónde se cayó? ¿quién lo tiró? Usted vuelve a casa, sin el sueldo y la mañana perdida, pensando en que “un tiempo pasado fue mejor”, la verdad es que antes teníamos mas paciencia. Hoy nos acostumbramos a la realidad del “scaneo” de las facturas de la luz y el teléfono, que nos indican hasta la deuda, los premios, los retrasos y pronto nuestra presión arterial, sólo en algunos pocos segundos.
Las nuevas herramientas tecnológicas son el “pan nuestro de cada día” y, según afirma Tomás Buch, se pueden tener dos posibles reacciones extremas, con muchos matices intermedios. Por un lado la “adoración ciega” y por el otro “el temor reverencial, igualmente ciego”.
Adoración ciega.
Este extremo está representado por aquellas personas que entienden las nuevas tecnologías como la “salvadora de todos nuestros males” para estas personas las computadoras y las herramientas asociadas pueden solucionar absolutamente todos los problemas. El hombre ya no es necesario en los procesos salvo para arreglar o controlar el buen funcionamiento de los aparatos. Para ellos los puestos de trabajo cubiertos por personas son cada vez mas escasos, ya que la eficiencia de las maquinas es altísima. Se produce un endiosamiento de las herramientas, que lleva a que estas personas sólo confíen en ellas. El problema es cuando las tecnologías, que son aparatos, fallan.
Es común ver estos casos en la escuela (sobretodo secundaria) cuando los docentes solicitamos trabajos sobre algún tema en particular. Los Adolescentes, por su condición de “Nativos” y con esto con la capacidad de asimilar todo aquello nuevo como propio, ellos “Bajan” sus trabajos de la red, desde múltiples sitios en el que se proporcionan monografías, trabajos, escritos, investigaciones, etc, realizados por “alguien”. Y nosotros los docentes “inmigrantes en lugares donde nuestros hijos (alumnos) son nativos”, valoramos sus trabajos, su presentación cuando, en múltiples casos, ni siquiera los leen. Ellos endiosan a aquello que esta en la red, sólo es condición válida de autenticidad por encontrarse publicado en la Internet.
Temor Reverencial.
Este grupo está representado por aquellos que Conocen sus valores y antivalores pero no tocan las computadoras por temor. Saben de la utilidad no pueden no reconocerlas pero no las utilizan porque existen cosas muy malas en ellas y no desean “contaminarse”. Es común escuchar en estas personas frases como las siguientes: “están todo el día chateando o jugando a los juegos, nada bueno se puede ver en Internet, salvo comunicarse”, “se la pasan viendo paginas pornográficas”, “yo busco todo en la enciclopedia”, “si rompo, quien lo paga”, etc.
Entre estos dos extremos existen innumerables matices en los que el lector puede colocarse. En el tema tecnológico no es necesario ser blanco o negro, ford o chevrolet, AVON o Mary Kay, sino que existen puntos intermedios muy ricos y adecuados.
Nuevo rol de adultos
Como padres, docentes, abuelos, en definitiva adultos, debemos tener un rol diferenciado frente a estos fenómenos. La negación o la prohibición no es el camino, pero el libre acceso sin control tampoco lo es. Debemos tomar actitudes diferentes. Ingresar en un mundo que nos es plenamente extraño producirá fracasos rotundos en nuestros intentos, pero si logramos obtener algunas herramientas básicas que nos permitan ver el problema desde otros puntos de vista, nuestro rol de adultos serán mas exitosos.
Nuestro nuevo rol es el de mediadores. Un rol que tiene como objeto principal la formación en valores acerca del uso de las nuevas tecnologías. No dar el pez sino enseñar a pescar y a seleccionar los peces que se han sacado del agua.
La represión no sirve en este caso, si la prevención. La formación, el desarrollo del criterio de selección para el uso de las informaciones que son múltiples, variadas, buenas y malas, completas e incompletas es un camino correcto y válido. DE TODO SE PUEDE VER EN INTERNET, el desafío es con qué herramientas actitudinales, con qué valores, con qué juicio crítico se enfrentan todo aquel cúmulo de informaciones que están al alcance de las manos de los adolescentes.
No podemos enfrentarnos a un problema de nuestros tiempos sin la Capacitación adecuada. Todo aquel docente que esté en las proximidades del extremo del “temor reverencial” deberá abandonarlo inmediatamente con capacitación, para ingresar al mundo en el que tiene que, como adulto, proporcionar la educación necesaria, que no se trata de saber hacer, sino de Valorar.
La Madurez tecnológica no es una cuestión de cuanto somos capaces de utilizar las herramientas, sino, por el contrario, cuál es nuestra actitud frente a los avances, la capacidad de valoración de los mismos, de abstraer sus beneficios y sus perjuicios. Como adultos, debemos poseer dicha madurez para transmitirla. Ningún adolescente, por más que utilice diariamente las herramientas puede ser Maduro ya que es condición necesaria un juicio crítico sólido y adulto.
El madurez tecnológica, como la madurez en cualquier aspecto de la vida, no se aprende en internet, se aprende en la casa, en la escuela, en la familia, y es lo que hará que nuestros adolescentes y jóvenes “naveguen” por la red con las medidas de seguridad ante cualquier naufragio.
viernes, 14 de agosto de 2009
EL HIMNO - Mi guitarra y vos - Jorge Drexler
LA MAQUINA LA HACE EL HOMBRE
Y ES LO QUE EL HOMBRE HACE CON ELLA
HAY MANOS CAPACES DE FABRICAR HERRAMIENTAS
CON LAS QUE SE HACEN MAQUINAS
PARA HACER ORDENADORES
QUE DISEÑAN MAQUINAS
QUE FABRICAN HERRAMIENTAS
PARA QUE LAS USE LA MANO...
viernes, 12 de junio de 2009
¿Quién tiene las orejas largas?
Miles de pensadores, psicólogos, psicopedagogos han escrito sobre las teorías del "Cambio Conceptual", la misma afirma que es muy difícil corregir errores de conceptos que se aprenden a temprana edad, por otro lado, los esfuerzos deben ser sobrehumanos para lograr corregirlos.