En este artículo, se parafrasea el discurso de Aquiles en su asunción como Director de la Universidad Tecnológica.
Es una invitación a la reflexión, en los tiempos que corren, para todos los/as docentes de Educación Tecnológica acerca de los problemas tecnológicos que hoy más que nunca, se vuelven "sociotécnicos".
UNIVERSIDAD Y
LIBERACIÓN
El papel de la
Universidad Tecnológica en la opción liberación o dependencia, es fundamental.
Buena prueba de ello es la no cabida de planes de real sentido nacional en su
gestión de los últimos 17 años. En el encuadre que de ella hace el
imperialismo, queda comprendida una rígida compartimentación, en aras de lograr
élites tecnologizadas que sirvan como gerentes empresariales para la
penetración y expansión capitalista.
El dos de agosto pasado,
la función de la Universidad y una clara denuncia de la política que con ella
se había seguido fueron enunciadas en forma precisa y tajante por el Ing. Aquiles Gay, al hacerse cargo de sus
funciones como delgado interventor en la Facultad Regional Córdoba de la
Universidad Tecnológica Nacional. Los conceptos allí formulados y que son los
que habrán de regir su función, implican una definición clara, concreta y
posible. El texto completo de su discurso se transcribe a continuación.
Circunstancias
ajenas a su sentir y voluntad no han
posibilitado la presencia en este acto del Rector Interventor Ing. Ivan
Chambouleyron, el que por mi intermedio transmite su íntimo deseo y esperanza
de que esta nueva etapa que hoy se abre permita encauzar nuevamente a nuestra Universidad
Tecnológica Nacional, dentro de las
funciones específicas que motivaron su creación como Universidad Obrera en
1952, es decir, una Universidad del pueblo trabajador, que marchado
acompasadamente con el mismo, sea factor fundamental en el proceso
revolucionario de Liberación Nacional y Social. Pues como el mismo compañero
Chambouleyron lo dice en su mensaje a los trabajadores y estudiantes de la Universidad Tecnológica Nacional “Lo
que está en juego en la Nueva Universidad Argentina no es sólo el porvenir de
los universitarios, sino el destino mismo de la Patria”.
Por
nuestra parte y en presencia de todos los claustros que componen el quehacer universitario
nos hacemos cargo a partir de este momento de la conducción de la Universidad
Tecnológica Nacional, Facultad Regional Córdoba, con el firme e inquebrantable
propósito de hacer de esta Facultad una palanca decisiva en el proceso de
reconstrucción y Liberación Nacional y Social que lleve a nuestra patria a su
definitiva independencia.
Saludamos
y agradecemos la presencia, en este recinto, de los representantes del pueblo,
tanto a nivel de organismos de base, como de compañeros funcionarios; es el apoyo que recibimos del pueblo que
plasmó el 11 de marzo la voluntad de cambio, apoyando un programa de liberación
y dado su confianza al General Perón, conductor de una política que representa
los más profundos y sentido intereses populares, y saludamos especialmente esta
presencia porque permite la reiniciación del diálogo entre los sectores
populares y su Universidad Obrera para, de esta forma, todos juntos contribuir
a llevar adelante los objetivos planteados por el gobierno popular .
Esta
Universidad que fuera creada en 1952, como expresión revolucionaria de la
educación universitaria, recibió a los dos años de su fundación el golpe de la
antipatria que pretendió suprimir este establecimiento por no ser un
instrumento adecuado a sus planes de colonización del país, pero al no poder
hacerlo, , frente a la reacción de los estudiantes, docentes y no docentes,
optaron por desnaturalizar sus objetivos, castrando, a través de
consideraciones político-ideológicas y no académicas, toda posibilidad de educación
superior con sentido popular y social.
Sostenemos
que los grandes objetivos de Liberación Nacional están concretados, en lo
ideológico, en las tres banderas: Justicia Social, Independencia Económica y
Soberanía política; y que en la actual situación argentina el cumplimento de
estas tres banderas se verificará a través de la construcción del Socialismo
Nacional, que implica la Nacionalización y socialización del poder político,
económico y cultural.
Nos
hacemos cargo de esta Facultad a dos meses de haber sucumbido el desgobierno
que hundió al país desde todo punto de vista y que específicamente en nuestro
caso nos sumió en una dependencia tecnológica casi total.
Venimos
a resolver, en nuestro terreno, la antinomia Liberación o Dependencia y para
lograr ello, desde aquí y desde ya, llamamos a colaborar a todos los sectores
que integran nuestra Facultad:
estudiantes, docentes, no docentes y egresados, para que en conjunto y
mediante el trabajo fructífero y mancomunado vayamos delineando, junto a
nuestro pueblo, las soluciones que la Universidad Argentina necesita.
Entendemos
que esta tarea deba partir de una discusión política, con un sentido crítico,
del contenido, de los métodos y de los objetivos de la enseñanza que aquí se
imparte.
Por
otra parte, a través de nuestra discusión y elaboración, haremos nuestro aporte
a la concreción de una nueva ley universitaria que sea fiel reflejo de las
necesidades e intereses de nuestro pueblo.
Debemos
procurara soluciones nacionales y regionales a los problemas que se nos
presentan; encuadrándonos fundamentalmente en el mandato popular que el 11 de
marzo demostró claramente cuál es el proyecto político que los argentinos
esperamos. Queremos que quede claro que en este momento no se juega un título, una
cátedra, un examen, sino que y es importante que se grabe a fuego en todos
nosotros, se está jugando si seremos una Nación o una Colonia.
Expresamos
que no queremos docentes que transmitan crudamente los conceptos elaborados por
el imperialismo; no queremos tecnócratas que planifiquen y ejecuten de acuerdo
a pautas entreguistas; no queremos gerentes que administren los recursos de la
oligarquía; no queremos burócratas que
ejecuten en cualquier área la mecánica tarea de reproducir valores y productos
sin participar en el esfuerzo liberador de todo el pueblo.
Consideramos
que un ingeniero no puede ser sólo un hombre que conozca determinadas técnicas,
sino que en lo fundamental debe tener la claridad política para entender que
esa capacitación que recibe gracias al
esfuerzo de los trabajadores, sea usada como arma liberadora al servicio del
pueblo.
No
concebimos un profesional ajeno a la problemática nacional, pues sólo
entendemos la técnica cuando sirve a la liberación del hombre y no a su explotación.
Entendemos
que en un mundo altamente tecnificado el camino de liberación paras por
desarrollar nuestra propia tecnología
acorde con nuestras necesidades y prioridades y no podemos, como hasta el
presente, tener una dependencia tecnológica del imperialismo.
Esta
dependencia tecnológica no sólo involucra continuo drenaje de divisas a nuestra
economía mediante el pago de patentes, “royalties”, etc, sino que agudiza día a
día la “brecha” tecnológica existente en nuestro país y los países
industrializados.
Este
proceso de adopción de tecnológica importada, en numerosos rubros en los cuales
la capacidad de nuestros técnicos puede reemplazarla sobradamente, deberá ser
revertido y en estsa tareas debe jugar un importante rol nuestra Universidad.
Este
procesos va íntimamente ligado con la orientación y apoyo que deberá dar
nuestra universidad a la investigación tanto pura como aplicada.
Para
poder hacer realidad esa participación activa en la Universidad en todos sus
niveles en el desarrollo de nuestra tecnología y una auténtica inserción de la
Universidad en el proceso productivo, debemos abrir un proceso de revisión de
los Planes de Estudio y del contenido de la enseñanza. En este proceso deben
participar todos los sectores nacionales, universitarios o no, interesados en
el tema.
Si
hacemos un análisis de nuetros planes de estudio, vemos una compartimentación
de conocimientos y carreras, provenientes de ir reactualizando una formación
enciclopedista y de ignorar una realdad
siempre cambiante y fluyente.
Nuestros
programas y planes de estudio deben estar en una constante actualización y
revalorización por parte de docentes y alumnos.
En
cuanto a las carreras trataremos de cambiar el criterio existente de carreras o
títulos tradicionales para dar paso a nuevas carreras universitarias de variada
duración y características de acuerdo a las necesidades del país y la región.
Un
problema clave en la Universidad es precisar si su orientación será elitista o
masificadora. Y esta actitud, entre otras cosas, siempre queda determinada a
través del control del ingreso.
En la
Universidad actual hay inversión de fondos públicos y apropiación individual de ellos por una
minoría. En la práctica, esta apropiación se explica, por el hecho de que las
familias que cuentan con recursos para suministrar mejor formación a nivel
secundario a sus hijos y ara mantenerlos mientras duran sus estudios en la
Universidad, los habilitan para apropiarse de las inversiones públicas
representadas por el costo de formación de cada egresado. A los privilegios
existentes se suma de este modo el de acumular nuevas ventajas a quienes ya
gozan de muchas. Como la retribución
social de esas inversiones en enseñanza superior sólo se hace indirectamente a
través de lo que ella agrega a la productividad nacional, el sistema actúa de
manera que la estratificación social perpetua la estructura de poder y lo que
es más grave, selecciona los cuadros superiores de la intelectualidad y del
profesorado sobre la estrecha base numérica de una previa tamización económica
social.
Ante
este hecho, consideramos básico llevar
adelante una política de democratización de la enseñanza superior, eliminando
todo tipo de trabas o limitaciones tanto en el ingreso como en el posterior
devenir de la carrera Universitaria.
Ésta
política lleva implícito el desafío de desarrollar e incrementar la capacidad
de matrícula de nuestra Universidad; sabemos que no será fácil afrontar el
mismo, pero con la participación de toda la comunidad universitaria n o dudamos
poder hacer realidad este objetivo,.
Siempre,
y bajo el mismo lineamiento de posibilitar los estudios superiores a los
sectores sociales de menores ingresos impulsaremos en la medida de nuestras
posibilidades, un adecuado número de becas.
Por
último y porque consideramos que expresa la síntesis de los objetivos por los
cuales debemos luchar desde nuestra Universidad, repetimos las palabras que el
8 de octubre de 1952, con motivo de la fundación de la Universidad Tecnológica
Nacional dijera el Gral Perón: “nosotros,
en nuestros planes de gobierno, luchamos por una ciencia y una cultura
populares. No podemos decir que un país sea culto ni tenga gran adelanto porque
cuente con tres, cuatro o diez sabios y hombres cultos, mientras el resto es
mudo y torpe rebaño de ignorantes. La cultura del pueblo está en que aún cuando
no poseamos ningún sabio ni ningún hombre extremadamente culto, tengamos una
masa popular de una cultura aceptable. Por eso hemos establecido entre nuestros
objetivos, que tanto la cultura como la ciencia son elementos al servicio del
pueblo y esgrimidos por las manos del pueblo, queremos una cultura popular,
queremos que cada uno de nuestros hombres disfrute y haga ejercicio de ella,
porque entonces tendremos una ciencia argentina al servicio del pueblo argentino,
que es lo único que justifica la cultura y justifica la ciencia”.
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